Después de la derrota en las urnas del candidato del PAN y presidente con licencia en el municipio de Pénjamo, Goyo Mendoza, por una diferencia de poco más de 2 mil votos; se prepara para impugnar la elección.
Goyo Mendoza quien se dio el lujo de derrochar grandes cantidades de dinero con fines electorales, quien puso a operar políticamente en su favor al presidente interino, Miguel Herrera, presionando a la gente para votar por su jefe con programas sociales; acción que es considerada como un delito, no quiere reconocer que el pueblo de Pénjamo lo reprobó.
Además, para nadie es un secreto que utilizó el aparato municipal y los trabajadores del Ayuntamiento para realizar actos de proselitismo, lo que es un acto a todas luces ilegal también.
Sin duda, esto tiene consecuencias legales y políticas. No quiere que la transición de gobierno sea tersa y cordial con la morenista Yozajamby Molina quien ganó en las urnas el pasado 2 de junio.
Goyo Mendoza, está anteponiendo sus intereses personales por la gobernabilidad y reconciliación en Pénjamo, el cual durante las campañas fue ríspido y el cual puede escalar a otros niveles cuando los penjamenses sepan que no quiere respetarse su voluntad expresada en las urnas.
Es momento de que Goyo Mendoza muestre civilidad y madurez política y reconocer que aunque haya violando a diestra y siniestra las leyes electorales, el pueblo de Pénjamo quiso un cambio en la figura de Yozajamby Molina.